NEUROCIENCIA Y EDUCACIÓN



UNIDAD I: INNOVACIÓN EDUCATIVA
NEUROCIENCIA Y EDUCACIÓN

El placer de aprender relacionando experiencias.


Aprender es un proceso innato del ser humano, siempre estamos en constante aprendizaje. Este proceso adquiere mayor relevancia cuando se traduce en el plano educativo, en la escuela. Todos hemos pasado por malas experiencias en esa etapa, ya sea por los malos profesor, por las clases aburridas o por las interminables horas de pizarra, abrumadas por infinitos números y palabras que más parecían jeroglíficos. Todos, indescifrables. Pero, alguien se ha preguntado ¿Por qué?
Felizmente, hoy en día el estudio de la conducta y de los hábitos del ser humano, así como del funcionamiento completo de nuestro cerebro, ha permitido encontrar algunas respuestas y ha colaborado con una mejor implementación en el campo educativo. Los grandes avances de la neurociencia han consentido develar los mecanismos cerebrales que hacen posible el aprender, el recordar y el grabar la información de manera permanente en el cerebro.
La neurociencia permite establecer la relación que existe entre nuestro cerebro y la capacidad que tiene un individuo de aprender, ese vínculo entre la razón y el conocimiento condición que admite el análisis, la interpretar  así como la capacidad que tiene el hombre de inducir y deducir las cosas, herramienta fundamental para el desarrollo y la evolución del humano. En la medida que la ciencia avanza podemos entender las características de nuestro cerebro y como ella incide en el comportamiento y la capacidad cognitiva del individuo. 



La relación entre los conocimientos derivados de los avances en las neurociencias y el impacto de éstos en la educación, fue uno de los temas abordados en el Congreso “Connecting the Mind, Brain and Education Institute” realizado por la Graduate School of Education, de la Universidad de Harvard.
Entrevistamos a Rafael Vergara C., Director del Colegio Huinganal y asistente a dicho evento.

ENTREVISTA A RAFAEL VERGARA: CONGRESO DE NEUROCIENCIAS

1. ¿QUÉ RELACIÓN HAY ENTRE LA NEUROCIENCIA Y LA EDUCACIÓN?
Hasta bien entrada la década de los 80, el estudio del funcionamiento del cerebro en relación con la conducta y el conocimiento, estaba muy enfocado en los procesos de aprendizaje, lenguaje y razonamiento, sin prestar mayor atención a las emociones de la persona. Es decir, no se daba a las emociones una importancia relevante dentro del proceso cognitivo.
Sin embargo, los avances recientes en neurociencias están demostrando, de una forma cada vez más clara, las conexiones que existe entre emociones –sentimientos, afectos–, pensamiento racional, medioambiente en que nos desenvolvemos y la toma de decisiones que cada persona realiza a lo largo de su vida. Y esto hasta el punto de revolucionar nuestra comprensión del rol que juegan los afectos en la educación.
De este modo, la evidencia neurobiológica sugiere que el aprendizaje, la atención, la memoria, etc., están profundamente influidos por el proceso de la emoción, o lo que comúnmente se conoce como el pensamiento emocional. Por lo tanto, la relación entre neurociencia y educación es muy estrecha.


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2. ¿CÓMO SE PODRÍA EXPLICAR QUE: “EL CEREBRO NO TIENE LÍMITES NI LIMITACIONES”?

El cerebro, especialmente en las primeras etapas de la vida, es de tal plasticidad que, en principio, posee una capacidad para conocer y experimentar absolutamente extraordinaria. Es como una tabla rasa, abierta y dispuesta a recibir toda clase de estímulos en virtud de los cuales se van construyendo las redes neuronales.
No obstante, esta potencial capacidad ilimitada que posee nuestro cerebro, se va “calibrando” con los conocimientos adquiridos dentro del contexto geográfico, sociocultural, emocional, etc. en que la persona se encuentra inserta y se desenvuelve. De ahí la importancia de crear las condiciones para brindar contextos lo más variados y ricos posibles, para que esta capacidad de conocer y aprender crezca lo más posible.




3. ¿QUÉ PAPEL O ROL CUMPLEN LOS AFECTOS Y LAS EMOCIONES EN EL PROCESO DE APRENDIZAJE?

Sin duda que los afectos y las emociones cumplen una función de capital importancia en cualquier proceso de aprendizaje, ya que son ellas las que permiten conectarnos con el mundo real. Es decir, los procesos relacionados con las emociones son necesarios para que las habilidades y conocimientos adquiridos en el colegio, en la universidad, etc., se transfieran a la toma de decisiones del mundo real, porque finalmente son esos conocimientos y esas habilidades los que, unidos a las emociones, guían nuestro juicio y nuestro actuar.



4. CONSIDERANDO QUE CADA NIÑO ES UN SER “ÚNICO Y ESPECIAL” CON SU DIMENSIÓN AFECTIVA Y EMOCIONAL PROPIA, ¿CÓMO EL PROFESOR PUEDE, EN UNA SALA DE CLASES COMPUESTA POR VARIOS ALUMNOS, ENTUSIASMAR Y MOTIVAR PARA “APRENDER”?

Respondo a su pregunta con una anécdota, a mi juicio muy expresiva. En el colegio donde trabajo, todos los meses se organiza la “Campaña del kilo”, consistente en que los alumnos de los diferentes cursos deben traer alimentos no perecibles para ir en ayuda de personas de escasos recursos. Sin embargo, a medida que pasaban los meses, notábamos cada vez menos motivación en los alumnos por esta iniciativa social ya que, en la práctica, la mayoría de ellos simplemente tomaba de la despensa de sus casas un paquete de cualquier alimento y lo echaba a su mochila.
Sin embargo, un buen día el profesor jefe de un tercero básico quiso revertir esta situación: motivó a sus treinta y tantos alumnos a realizar en sus casas pequeños trabajos domésticos remunerados por sus padres –como lavar el auto, limpiar las alfombras, etc.–, con el compromiso que todo o parte de ese dinero lo destinaran a la “Campaña del kilo”. Cuando se reunió entre todos dinero suficiente, profesor y alumnos fueron al supermercado que se ubica a un par de cuadras del colegio. Al llegar allí, el profesor les dio sólo las siguientes indicaciones: 1) El presupuesto total al que debían ajustarse era de “x” cantidad; 2) La compra debía incluir productos tales como harina, aceite, arroz, tallarines, legumbres, leche y azúcar; 3) La compra debía ser hecha en un máximo de veinte minutos.
¿El resultado? Los alumnos espontáneamente se dividieron en grupos de dos o tres, cada uno con la misión de comprar un producto específico, al precio más conveniente, y en un plazo de quince minutos, transcurrido el cual debían juntarse en un determinado punto para hacer la cuenta final. Mientras los niños se lanzaban con entusiasmo a su misión, el profesor recorría los pasillos y se divertía mirando cómo unos comparaban productos de distintas marcas, otros sacaban cálculos para ver si con lo que tenían les alcanzaba, etc. Finalmente lograron juntarse todos en el tiempo fijado y “cuadraron” la compra. Pasaron luego por la caja, pagaron, embalaron la mercadería, se distribuyeron las bolsas, y devuelta al colegio.
En el camino de regreso, todos comentaban lo entretenido que les había resultado la campaña de ese mes y lo mucho que habían aprendido: valoraron el dinero, fruto del esfuerzo personal de cada uno por conseguirlo; aprendieron a organizarse y trabajar en equipo; aplicaron las operaciones matemáticas de suma, resta y multiplicación aprendidas en clase, pero ahora de una forma práctica y concreta; se entusiasmaron con la idea de ayudar a sus mamás en la próxima visita al supermercado y dejar de ser simples acompañantes pasivos; valoraron, en fin, que conseguir alimento y alimentar a una familia no es algo tan fácil como simplemente echar mano a la despensa, porque la ayuda al prójimo requiere pensar realmente en el otro.

5. ACTUALMENTE SE ANIMA A QUE EL NIÑO ADQUIERA CONOCIMIENTOS DE MANERA LÚDICA, ENTRETENIDA. ¿QUÉ ACONSEJARÍAS A PADRES Y EDUCADORES PARA FOMENTAR LA CURIOSIDAD E INCENTIVAR PARA DESARROLLAR HABILIDADES QUE LE PERMITAN DESENVOLVERSE EN EL MUNDO REAL?

Detrás de cada pregunta que formulan los niños, hay un esfuerzo por comprender la realidad que los rodea, de su entorno. Y muchas veces la respuesta no es unívoca, ya que dependerá del punto de vista con que se mire el fenómeno. De ahí la importancia de que el niño adquiera conocimientos a través de su propia experimentación, lo cual trae como consecuencia que éste se entretenga aprendiendo. Y es precisamente el juego y la experimentación lo que mayor atracción produce en el niño, ya que lo conectan con sus emociones y, a fin de cuentas, con el mundo real en el que se desenvuelven.
Sin embargo, no cualquier juego ni cualquier experimentación es cauce adecuado de aprendizaje. En cualquier labor educativa, padres y educadores deben tener objetivos claros acerca de qué es lo que interesa que el niño aprenda y con qué propósito concreto.




REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

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